Como lo prometido es deuda, heme aqui con avances del fin de semana y de vivir solita...
Esto ha sido todo muy complejo, el apartamento nuevo, el bollo que se armó por no portarme muy bien, y el no poder hablar del apto porque estoy muy triste para hacerlo.
Pero ya el silencio se rompe con esta Ley de Murphy que esta vez fue mucho más pasada de lo normal… con todo el desgano del caso, y con no muchos deseos de celebrar las cosas nuevas y buenas que están pasando en mi vida a pesar de todo, llegaron el sábado la nevera y la lavadora.
Mi tía me ayudó a conectarla (la lavadora), hizo los ajustes necesarios en el apto, fuimos a hacer mercado, (y consejo de amiga para quien quiera tomarlo, jamás lleven a su mamá y a su abuela a hacer mercado) esto fue un descalabre total, creo que es el mercado más caro que he hecho en mi vida, ahí es cuando una se pone la mano en el considere y se da cuenta que la situa está color de hormiga, y que subsistir en este país es costoso…
Luego del mercado del Éxito, entonces llegamos a casa, comimos y como dijo Mickey Mouse, cada uno pa' su house, claro yo no dejé que mi tía se fuera sin enseñarme a usar la lavadora, y ahí comenzó el suplicio…
Yo andaba en un desparche único, así que planeaba lavar ropa, ver algún capítulo de The L-Word, y dormir… mientras veía TV, entonces vino a mi mente que de repente comer sería una buena idea, (yo si había escuchado en el transcurso de la lavada que el agua caía y caía, pero lo que yo pensaba era que la lavadora era medio ruidosa…).
Con mis deseos de comer aceitunas y beber cerveza me paré con full emoción, no en vano había hecho un costoso mercado, que ahora pensaba aprovechar… y pues yo muy consciente había apagado todas las luces del apto (en pro del ahorro), así que ni formas de ver antes de poner el pie en el inicio de la sala, y pisar un frondoso charco que provenía de la cocina… cuando empecé a prender las luces, esto parecía el hundimiento del titanic… había agua por todos lados, y lo peor, aún seguía saliendo, del lavadero, que había decidido que era hora de tapar el sifón de desagüe, y había vuelto un quilombo el apartamentico… llamé desesperada a V. y luego a L. el agua no paraba de salir, hasta que la puta lavadora paró de lavar… y ahora quien seca… esto a punta de trapero iba a ser imposible, así que usé las sábanas… (cosa que a V. le pareció salido de todo orden normal, yo lo veo como que eso se lava y ya)… las cuales fueron un poco más útiles, en total saqué como 9 baldes de agua llena, tratando de desaparecer el precioso líquido que odiaba con pasión entrañable el sábado a las 10.30 p.m., hubo momentos de desesperación en donde putié al día, a la semana, a los hechos, al agua, a la lavadora, a la Ley de Murphy que insiste en seguirme… (celular perdido, electrodomésticos que no llegan, y la lista sigue…) y a todo lo que venía a mi cabeza, lloré como nunca por estar sola en esos momentos, pensé que pagaba el precio de mis actos bastante caro… y pensé en mi mamá y en lo que deseaba tenerla cerca… aunque claro se pensó en todo… a las 11.30 p.m. casi 12.00 el apto ya estaba seco, la ropa estaba tendida, la otra tanda de ropa estaba en la lavadora, no sentía los pies del puto frío, no sentía los brazos de tanto torcer sábanas y traperos, había sacado un montón de cosas que tenía adentro y estaba lista para ir a la cama como uno de los actos más deseables del momento…
Y entonces pienso en lo difícil que resulta crecer y en la vida de niña bonita que he llevado hasta hoy, pienso que todo esto sería más divertido, si las personas que solían estar a mi lado lo estuviesen ahora (extrañé y lamenté lo que había pasado), pienso que de vez en cuando es bueno depurar a quien te rodea, porque el que te acompaña en las malas seguro se alegrará por ti en las buenas… sentí que es muy triste estar sola en estos momentos tan importantes de mi vida, pero pensé además que me alegra ver a los que están ahí… me gustó que L. estuvo totalmente dispuesta a ir ayudar en el desastre de primípara viviendo sola, y hasta al día siguiente me encantó que V. se burlara con toda la actitud del hecho acontecido… aún me duelen los brazos y no puedo abrir la puerta del baño del laburo (es que es durita)… pero soy feliz creciendo día a día con mi nueva etapa y con mis nuevas aventuras… Espero que pronto se acabe la depre… y las cosas feas que han pasado últimamente, yo tengo toda la actitud de que ya esta etapa pase a su siguiente fase… ya veremos como van las cosas.
