Anoche cuando llegué a mi casa, mi papá estaba reunido con sus amigos del trabajo en una cena, acompañada de vino tinto. Mi papá me invitó a unirme con ellos, y eso hice, primero porque tenía un hambre atroz, y segundo porque uno de sus amigos me cae muy bien, y generalmente al oírlo hablar uno tiene que reírse, porque cuenta cada anécdota, de forma tal que no te puedes escapar.
Cuando me senté a la mesa, hablaban de gays, lesbianas, bisexuales, en sus vidas, en sus trabajos, y en general en su vida diaria… y yo veía como cada uno de ellos aborrecía el tema a más no poder, es decir… cada uno colocaba su opinión, pero realmente quien le daba menos duro era Jenny la esposa de mi papá, el resto lo juzgaban y lo hacía parecer como un pecado mortal.
Pero de pronto una de las asistentes, casualmente la esposa del señor chistoso, dijo que ella era consciente de que esa “homofobia” era característica típica de la gente de su generación, y que las nuevas generaciones ven la cosa desde otra óptica, y que además eso le parecía totalmente sano, y a mi de hecho me lo parece, porque definitivamente no creo que ser gay, lesbiana o bisexual sea un pecado, solo pienso que es una opción que cada ser humano tiene, y que definitivamente es incumbencia de cada cual, saber con quien quiere compartir su vida. Soy totalmente partidaria de que uno mata las pulgas en su casa como mejor le parece, y yo definitivamente, me considero una “gay simpatizante”, porque además ya es hora de dejar de verlos como especimenes que existen solo en los cuentos y películas de horror… y más ahora que los gays han decidido salir del armario, y que cada vez sienten menos pena de mostrar lo que son a una sociedad que tarde o temprano va a tener que aceptarlos, ya ese cuentito de que están enfermos, o que necesitan tratamiento psicológico para curarse la maricada, es cosa del pasado, los gays están aquí para hacerse sentir y para hacerse respetar y yo no solo los apoyo sino que comparto sus intereses de un mundo mejor y más igual para ellos.
Claro yo no dije nada en la cena, porque estaba comiendo, y porque habría generado controversia, pero me sentí feliz de que esta señora hubiese mostrado, que así como algunas cosas andan en la mala con las nuevas generaciones, hay otras tantas que son en la buena, y que deben seguir siendo en la buena… como aceptar a la gente diferente a uno, sin que esto signifique aceptar extraterrestres, solo gente que ha decidido vivir de una manera diferente y se siente feliz con lo que hacen… y son mejores personas que muchos otros que juran vivir una vida intachable.
En la buena entonces, por las nuevas generaciones… y arriba a los de las antiguas que se adaptan a los cambios y a las nuevas…
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