Por más que pensé en otro título para ponerle a este editorial, no lo logré así que así se queda, en que el amor es una fila, y eso definitivamente es un hecho…
Cuando yo estaba viviendo en Austria, solía conversar muy a menudo por msn con mi amiga de la U, con Andreita, ella era la única que se conectaba y que se le pegaba a mi desparche diario frente a un PC, de alguna de las universidades que me auspiciaban la vagancia… y hablábamos de todos los temas que uno puede tocar por msn, ella hablaba de sus amores y tinieblos, y yo de los míos, entre esos a aquel que quise tanto y que aún quiero como a nadie, al polaquito…
Ya luego cuando el polaquito viajó a su país, y me dejó sumida en una profunda depresión, de la cual todavía quedan rezagos, yo le conté a mi amiga que estaba muy triste, porque después de que mi tinieblo había sido de lo más intenso, y había estado en contacto total, estaba comenzando a olvidarme, y ya ni me escribía, ni me llamaba, ni siquiera una postal me enviaba… y que por otro lado Farit (el gran amor de mi vida antes que el susodicho), me llamaba, me escribía y me decía que todavía estaba enamorado de mí, y que a mi el tema me aburría porque yo ya no sentía lo mismo que solía sentir en Colombia… y entonces fue cuando Andrea, la más católica de mis amigas me dijo una de las cosas más sabias que le he escuchado desde que la conozco, la conversa fue algo así como: “mira Caro, solo puedo decirte una cosa, el amor es una fila, uno quiere al que está al frente, y el de atrás te quiere a ti” creo que han pasado más de tres años desde esa conversación, pero aún la tengo presente, porque creo que no hay una verdad más clara que esta…
En las relaciones uno se encuentra generalmente, con que una de las dos partes se involucra más que la otra, ofrece más, se sacrifica más y por ende sufre más… yo eso lo he vivido solo una vez, porque generalmente no suelo dejar que mis sentimientos se involucren muy fácilmente, lo logró quien menos se esperaba que lo hiciera, porque es claro que el día que yo besé por primera vez a Mateusz Tomoszeck, en lo único que pensaba era en tomarme la vida como un juego constante de experiencias nuevas, que no me cansaba de dejar fluir, tan lejos de la madre patria, donde casi nada, por no decir nada importaba o tenía relevancia para los otros, solo para uno. Pero es claro que la torta se le voltea a una, cuando menos se lo imagina, y a mí este polaquito me la volteó y de que manera…
Pero claro que no todo es malo, y no todo es sufrimiento y angustia, hay relaciones en las que uno como que converge al tiempo, es decir, uno se enamora al tiempo, y cada una de las cosas que haces son correspondidas de igual o en mayor proporción… y yo ahí le debo añadir al comentario de mi amiga, que a veces uno hace la fila muy al lado de otro que hace otra fila, es entonces, cuando uno voltea a mirar al del lado, cansado de que el de adelante le muestre todo el tiempo el trasero, y pasa, es como que la chispa se prende, y uno decide dejar de hacer la fila para comenzar una relación más justa, en donde los dos miran al tiempo y no hay otros distractores en el horizonte… eso me ha pasado dos veces: con Farit y con el polaquito que se incluye de nuevo, porque estoy segura de que él si se enamoro de mí de la misma forma en que yo lo hice de él, pero ya las circunstancias cambian todo… yo me fui a hacer la fila en el mundo y Farit se me vino detrás, y lo sufrió todo el tiempo que debió sufrirlo, y Mateusz se fue a hacer la fila también en otras tierras, y yo aún pienso que sigo en la fila, y que muy calladita espero que algún día se digne a mirar atrás y se de cuenta de que aún no me marcho, y de que estaré para él todo el tiempo que él quiera… y entonces uno que otro sufre por mí en este momento… y yo sigo ahí, mirando al que cambió mi vida del cielo a la tierra, y preguntándome día a día si lo sabrá… esperando claro que alguien de la otra fila se acerque lo suficiente y se haga el clic necesario como para que yo, me canse de mirar traseros polacos y decida caminar con alguien al tiempo y empezar a construir algo basado en la igualdad… algo en la buena…
Un abrazo a todos(as) los(as) que ahora hacen su fila… y un abrazo a mi amiga Andrea que fue quien inspiró este editorial… En la Buena…
1 comentario:
dejame decirte que no he podido dejar de pensar en aquello del "amor es una fila"..pava tienes TODA LA RAZON
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